martes, 9 de octubre de 2018



 Me encontraba tumbada en mi cama escuchando la lista de reproducción de un tal LiL PEEP. En ella el tema recurrente de las canciones era dolor y desamor. Sus melodias melancolicas y la tangible depresión de sus letras conseguian reconfortarme. Resultaba reparador sentir ese dolor ajeno, transformado en una bonita canción de ecos electronicos, con esos loops de guitarra tan sencillos.
Era la hora de la cena. No tenia ninguna mucha hambre, la verdad sea dicha, pero dicen que las familias que comen unidas suelen tener niveles más altos de unión entre sus miembros. Por tanto, levanté el culo de la cama y baje a hacer acto de presencia.

Puré de patata y salchichas rellenas con ese queso que no lo es... No podia decir que no a semejante manjar. Creo que tenía más hambre de la que creía tener hace diez minutos. La verdad es que le agradecia poco a mi madre lo mucho que trabajaba para darnos todo lo que necesitabamos. Podria decirle: Gracias Mamá. Pero no. De mi boca solo salían quejas propias de una adolescente que no sabe expresar muy bien lo que siente.

Laura, cariño, haz el favor de decirle a tu hermano que ponga la mesa. Ese era el pregón de cada cena desde que tengo memoria. Si yo me consideraba a mi misma una vaga redomada, mi hermano no se que calificativo tendría. Era para echarle de comer a parte. Desde que era pequeño lo único que hacía mi hermano es dejar que los demás lo hicieran todo por él. No se como se las apañaba, pero siempre parecia tener bula papal.  No es que yo fuera una martir. Como señalaba, mi madre hacía todo lo posible por nosotros, pero yo al menos disimulaba mi forma de ser con ella. Él no. No lo necesitaba. Era el pequeño y mimado. No queria parecer una abuela, pero los videojuegos le estaban destrozando la vida. Yo no era mucho mayor que él, pero sí que tenía algun interes más alla de estar todo el día en mi cuarto jugando con la consola.

Unos diez minutos después ya estaban los platos casí terminados. El plato de mi hermano parecia salido de una película slasher de la cantidad de Ketchup que se ponía en el pure. Las salchichas estaban ricas.
¿Que tal el día, chicos? - Mi madre estaba agotada, pero siempre tenia unos minutos durante la cena para ver como nos iba.

Hoy vi a Carla . - Señale mientras me metía en la boca una buena bola de puré mezclado con el último trozo de salchichas. Lo dije sin mirar a mi madre ni a mi hermano. Una vez levanté la vista, mi madre se quedó sin masticar durante unos segundos, soprendida. Mi madre conocía la historia pero sin los detalles escabrosos. Lo que sí conocía bien es el dolor que me causó. Noches de llantos y días sin apetito aquellos. Para interrumpir el silencio extraño que acababa de generar con tal información, añadí que solo había sido durante un instante y que no me había afectado en absoluto. Mentira, siempre que me encontraba con ella, algo se me removía en las tripas. Mi madre era una mujer sencilla que en su vida no había tenido ni muchas amigas, ni muchos desencuentros. No entendía muy bien las dinámicas de los jovenes actuales. Le resultaba extraño que gente que se suponian amigas, llegasen a causar tanto dolor y de una manera tan gratuita. Su comprensión era de otra época más sencilla. El motivo por el cual dos personas que se valoran acaban dejando la amistad, por esa relación perniciosa, se le escapaba de las manos. Lo que de verdad mi madre no llegaba a entender, es que yo a Carla no le hice nada y ella a mi sí. Ella en su discurso siempre concluia que nos habiamos peleado, pero no, no nos habiamos peleado. Carla simplemente era un veneno y yo el tejido corporal que arde cuando entran en contacto. El veneno no se pelea contigo. Ni tu contra él. Carla...¿por qué?¿qué ganaste jodiendome tanto?

Subí a mi cuarto. Me tumbé en la cama y mire un rato el movil. Eché un vistazo a las fotos que publicaban mis compañeros en sus redes sociales. Hacía scroll con la esperanza de encontrar alguna publicación que llenase cinco minutos de mi tiempo. No era así. Tantas emociones fuertes van a acabar matandome, por Dios. Una foto de un café más y juro que elimino la aplicación.

Eran las 22:46 y no había bajado al perro. Me asomé a la ventana y tenía pinta de hacer frio. Cogí el abrigo de plumas con la capucha grande. Me gustaba sentir las orejas calentitas en esos paseos en los que comenzaba el frio.

Tomé el camino que siempre hacía. La noche estaba iluminada por una luna que permitia ver siluetas a unos cuantos metros. Como de repente hice. Estaba allí. A unos pocos metros alguien acababa de aparecer. No le habia oido llegar. ¿como era posible? El camino era de tierra. Siempre me quitaba los cascos de música cuando llegaba a esa zona para poder oir si venía alguien, pero esa persona habia llegado allí sin haber hecho el mínimo ruido con sus pisadas.

El corazón se me aceleró al pensarlo y preferí quedarme quieta y hacer el menor ruido posible con mis propias pisadas. Me deje caer silenciosamente en el respaldo del banco que tenia tras de mi. No hice el menor ruido mientras no perdia de vista a la silueta. Luke parecía distraido. ¿ Como era posible que no estuviera ladrando? En ese momento Luke se alejo unos metros de mi y me quedé sola en el parque con esa sombra a escasos diez pasos. No podia creer que hubiera ahi alguien y no hacer el menor ruido. ¿ Qué hace ahí quieto ? No había ningun perro con él lo cual hizo temer cosas extrañas en mi cabeza. No pienses cosas raras. Es un señor que seguro esta paseando en esta fria y agradable noche. Solo eso. No te esta acechando ni nada parecido. Tranquila. Pero estaba lejos de estar tranquila. Han pasado ya dos minutos y sigue ahi parado. ¿Mirandome? No se ni si me esta mirando. Solo veo que esta ahí. Empezaba a tener miedo.

Cuando me di cuenta que de repente mi movil comenzo a vibrar. Eso significaba que tenía un segundo o dos antes de que el sónido de la llamada fuese audible por mi y esa persona que estaba a escasos metros, en la oscuridad. No recibia ni una llamada aunque fuera mi cumpleaños y me tenia que sonar justo ahí, en ese momento. Tenia suerte de tener bolsillos amplios y cuando eché mano del movil consegui silenciarlo pero la luz brilló durante un segundo fuera de mi bolsillo. Mierda. Eché rapidamente la vista hacia la silueta pero ahí ya no había nadie. Un frio de terror me recorrió la espalda. Los pelillos de la nuca se me erizaron. Tenia que llamar a Luke y volver a casa corriendo. Alli habia alguien y ya no podia ver ni su silueta. Joder, joder, joder. Luke vamos. No me hagas esto.
Luke - Susurré intentando encontrarle lo antes posible. En mi cabeza solo estaba salir corriendo pero no podia dejar a mi perro ahí. Luuuke - Volvi a susurrar un poco más fuerte. Si hablaba más alto seguro que me iba a oir quien fuera que estaba ahí escondido entre los arboles.

Súbitamente vi a Luke a unos veinte metros en la dirección opuesta a donde había visto la figura. Me la jugué y corrí. Sabía que iban a oirse mucho las pisadas pero no me quedaba otra. Corre Laura por todo lo que quieras. Coge al perro y corre. No mires más a los arboles. 

Fueron los quince segundos más horribles que recordaba. El miedo me convirtió en una atleta profesional. Creo que si hubiera corrido así en las pruebas de gimnasia, habría batido el record de la escuela. El sónido de las zapatillas llenaba el parque a oscuras. Si ahí había alguien , no habia ninguna duda de que me estaba oyendo correr. Alcancé al perro del collar y le interrumpi mientras hacía pis. Ya mearas mañana por donde quieras. Me lo llevé corriendo bajo el brazo. Como pesas Luke, Mamá te da muchas salchichas como a nosotros. Miré a mis espaldas cuando salí a una zona iluminada para ver si me seguía alguien. Me quedé jaedando un minuto o dos mientras dejaba a Luke en el suelo y le ponía la correa. Mire hacia el parque del que acababa de salir huyendo. No se que esperaba ver pero tenia que esperar. Mi respiración se fue normalizando. Quiza había huido como una loca de la sombra de un arbol. Ese tipo de cosas solían pasarme. Pero algo me decía que no. Algo me decia que correr en ese momento habia sido lo más inteligente que podría haber hecho.

Volví a casa. Subi las escaleras. La luz de la consola salía por debajo de la puerta de la habitación de mi hermano. Todo seguía igual. Fui al baño. Estaba empapada de sudor. Cogi el cepillo de dientes y me asusté al mirar de pasada al espejo.Tuve una sensación que jamás había tenido antes. Me miré fijamente. Con el cepillo en la boca, me acerqué tanto al espejo que solo pude ver mis ojos. Pero allí no estaba yo. Tuve la sensación horrible de no estar viendo mi reflejo. Allí no estaba yo, sino esa silueta oscura que no podia dejar de mirar. Carla apareció sonriendo en mi cabeza sin nigun motivo. No habia huido lo suficientemente rápido de aquello que estaba en el parque.

































viernes, 28 de septiembre de 2018



Joder, llegaba tarde como siempre. El maldito despertador otra vez me la había vuelto a liar.

Me había levantado de la cama lo más rápido que me permitían mis ojos. Necesitaba unas putas gafas para buscar las gafas. Mi madre gritaba como de costumbre avisándome de que llegaba tarde. No hace falta que me lo recuerdes, joder. Tenia uno de esos días.

 Digno de un chiste de Garfield ¿eh Oddie? - Le dije a Luke. Tu no eres Oddie, tu eres más listo, tranquilo.

Tenía que vestirme, tomar el café y llegar a clase en menos de 20 minutos. Todo era posible aún. Solo necesitaba que se callase la maldita pesada de mi madre de una santa vez. Ya voy!

Si mamá, lo se, mamá. No hacia falta saber que decía. Siempre le podía contestar lo sé, mamá y el resultado era el mismo. Mientras me cerraba el sujetador y me ponía la camiseta como mejor podía, mi madre me preparaba amablemente el tan necesario café. Sin él todos estaríais muertos. Sin este café os habría matado ya hace tiempo.

¿Que tal has dormido, cariño? . No se que decirte a eso mamá. Creo que necesitaría como tres horas más para empezar a averiguarlo. Bien, ayer me quedé hasta tarde haciendo un trabajo de Historia que tengo que entregar hoy y la verdad es que he dormido poco. Que asco me doy mintiendo tan de mañana.
Me alegro cariño. Esta noche no vendré hasta tarde. Dile a tu hermano que recoja su cuarto si puedes y que baje su ropa sucia a la lavadora. - Tenía ese tono de preocupada que solo poca gente sabría captar. En apariencia, la mujer más risueña del mundo, pero llevaba unos días notándola preocupada por algo. 

El café estaba jodidamente caliente, lo cual sirvió para calentarme las manos. La cocina estaba helada por la maldita manía de algunos individuos que habitan mi casa de dejarla ventilando aunque nevase fuera. Estaba poco cargado para lo que a mi me gusta y necesito. Pero ya me tomaría otro en el descanso de clase. Cogí mi carpeta. Me puse el abrigo y me dispuse a disfrutar de otro maravilloso día en la viña del señor. Por suerte el autobús se había retrasado debido a un enorme atasco que había en mi calle. Gracias lluvia. A veces eres tan útil. Me puse los cascos en las orejas. Conecte el móvil y busque en you tube alguna canción que me despertara de este horrible sueño que no me quitaba de encima. Tenía la sensación de haber dormido bien, profundamente, pero me gustaría recordar que soñé. Estoy segura de que era algo extraño..

El bus ya estaba cerca. Conseguí un sitio en la parte trasera esquinada, como a mi me gusta. Siempre pensé que este sitio estaba reservado a los guays en el colegio y ahora me doy cuenta de que esta reservado para los que odiamos sentarnos con alguien. Aunque es una tontería porque siempre se te acaba sentando alguien que un segundo antes de sentarse te mira de una manera rara. Tú la que estas en la esquina, voy a sentarme a tu lado. Tranquila ¿vale? no te voy a rajar ni nada...Aún. A veces pienso que se me va la olla de más. Mi parada estaba aún lejos y yo iba a llegar oficialmente tarde.
No llevaba los ejercicios de Historia hechos. Quizá me quedase en la cafetería ya que iba a llegar a mitad de hora y al profesor no creo que le haga gracia que interrumpa.

Había descubierto un nuevo grupo de música rollo siniestra y oscura instrumental que me podía servir para mis ratos meditativos. Me gustaba ponerme la capucha, ponerme música folk o en su defecto algún grupo instrumental y apoyar la cabeza contra el cristal viendo el mundo pasar.Este iba a ser invierno diferente. Más solitario si cabe que el anterior. Pero a la vez tenía la sensación extraña de que iba a conocer a alguien especial. No se, son cosas mías, pero a veces tengo presentimientos.

Los charcos eran abundantes y corrí desde la parada hasta la entrada del instituto. No tenía el físico de las chicas de atletismo, pero me defendía si tocaba llegar rápido a los sitios. La lluvia me gustaba pero era demasiado pronto y tenia demasiado sueño como para disfrutar de nada en ese momento. Me quité la capucha y me encontré de frente con Carla y sus dos mejores amigas. Lacayas del demonio, arderéis. 

La de Carla era una historia para contar con calma. Simplemente decir que más o menos nos odiábamos y ahora ya nos ignoramos. Seguimos odiándonos.  Carla. Carla Morales Vidal. Una niña pija sin ningún problema en su vida. Carla. Que supuestamente toleraba mi presencia hasta que decidió malmeter contra mi, con mi de por aquel entonces amigo con derechos. No soportaba que un tio no se fijase en ella y sí que lo hiciera en mi, la rarita de la clase, la friki que va de negro y se pinta los ojos como Morticia Adams. Lo peor de todo es que luego se lió con él solo para quedar por encima mio. Carla, si pudiera te abriría la cabez..

Ey ¿que pasa tia?. No se porque cojones la he saludado si sabia que ella no me iba a saludar a mi. Estúpida insegura. Obviamente no me devolvió el saludo, no fuera a quedar mal delante de sus nuevas amigas.Se alejaron por la galería lateral y yo me quede con mi ropa mojada y mi cara de estúpida. Intente olvidarlo rápidamente entrando en la cafetería.

Pedí un café con leche y un croisant a la plancha. Joder que rico estaba. Creo que voy a llegar más tarde a menudo. Quedaban veinte minutos para que comenzara la clase de Historia y no tenía nada hecho. Me acabe el café y acepte mi destino. Total ¿ que mas da? Era solo un trabajo y el curso acababa de empezar. Mentira, llevábamos ya dos meses. Juro que lo haré y a partir de ya voy a ponerme las pilas. Sabes que no es verdad, pero sabemos que eres buena mintiéndote.

Llegó la hora y la profesora reaccionó de una manera que jamas hubiera esperado. Simplemente le dije la verdad, que se lo entregaría pero más tarde sino le importaba. No reaccionó, como he dicho, mal. Simplemente esperó a que terminará la clase y me espero en el umbral del aula.

¿Qué te ocurre, Laura? ¿Va todo bien por casa? - Me preguntó con verdadera preocupación. Me han dicho más profesores que te ven dispersa y coincidimos todos en que este curso estas desaparecida.
De verdad que no me ocurre nada - le conteste abriendo mucho los ojos y suavizando mi tono de voz. Ha sido solo un despiste, he tenido muchas cosas que hacer del resto de asignaturas y .. Dios mio que pena doy, no me lo creo ni yo. ..le prometo que no volverá a suceder. Mañana lo tendrá encima de su mesa.

Me fui a la biblioteca nada más terminar las clases. Buscaría unos cuantos libros para algunos trabajos y de allí me iría a casa a ver si mi hermano se había enredado el cuello con los cables de la consola.

Estaba a punto de irme cuando noté unos ojos clavados en mi nuca. Fue una sensación que duró un segundo, pero fue tan real que hasta se me acelero el corazón. Note como si alguien entrase en mi cabeza durante un segundo.

Maldito café, me debe de estar pasando factura.












 











 

miércoles, 26 de septiembre de 2018

No tenía miedo de la oscuridad del parque. Es más, la buscaba. La luz de las farolas estropea las noches con tono anaranjado. Si al menos fueran lamparas de gas como en esas películas tipo Jack el destripador, embellecería la estética de la calle, solitaria. Pero no, iba a ser que no. Las viejas tienen miedo de la oscuridad, no vaya a ser que algun terrible monstruo las ataque en sus sueños. Pero qué digo, el parque siempre esta vacio de noche. No entiendo por que esas farolas deben estar encendidas si no hay nadie al que alumbrar. Bueno, excepto a mi, pero claro, yo adoro la oscuridad.

Tenía el movil en el bolsillo. Esperaba que alguien me escribiera mientras sacaba al perro. Resulta que todas las noches me tocaba sacarlo a mi. No habia noche que mi hermano se dignase a sacar al maldito perro. Estaba demasiado ocupado jugando al Fornite. Ese estupido juego en el que la gente deposita todo su tiempo libre

Deberían de reventar todas las consolas y ordenadores del mundo. De verdad que lo pienso a menudo. Cada vez veo más idiotas totalmente colgados con esos juegos gratuitos, en vez de estar como yo, sola y feliz. La gente tiene miedo de la soledad o ¿que es lo que pasa? No entiendo que afan hay en estar siempre colgados de algun amigo que en realidad no lo es.

-Vamos Luke, haz pis de una vez que me estoy helando.

El movil seguía sin sonarme. De verdad, seguro que si hicieramos un calculo de probabilidades, la mitad de mis contactos estarian ahora mismo metidos en el whatsapp. Y lo más triste es que ninguno, jamas me abre conversación. No lo entiendo, sinceramente. ¿ Con quien estaran hablando?

Ey tu, que haces ? Yo aquí en el parque, disfrutando de ninguno de vosotros - Pense para mi misma.

En fin, guardé el movil en mi bolsillo trasero. Iba a ser una de esas increibles noches en las que no pasa nada. Como siempre, vamos.

Luke ¿quieres mear ya?. Maldito chucho. Mañana no pienso sacarte yo.

Tire de mi pobre perro. La verdad es que le queria, no se porque pero a veces era un poco antipática de más con la pobre bola de pelo.

Después de caminar unos cinco minutos por el camino que cruza el parque, llegué a la zona alta donde pude contemplar las luces de la ciudad a lo lejos. Solté la correa de Luke para que corriera unos minutos suelto. Encendí un cigarro de liar que tenia a medio fumar y me sente en la parte superior de uno de los bancos del parque.

Pensé en que mañana tenía que entregar un trabajo de historia y que no había empezado a hacerlo. Llegaría a casa y copiaría lo que pone en algun resumen de internet. Me daba un poco igual, ya que la profesora de historia me tenia un ligero aprecio, no se muy bien porque.

Con la última calada, suspire echando el humo. Pisé la colilla sin mirar al suelo y me cubrí la cabeza con la capucha de la sudadera. Comenzaba a hacer frio.

Llegué a la entrada de casa abriendo la puerta sin hacer mucho ruido con las llaves. Mis padres dormían ya, probablemente.

Vamos Luke, pasa, pesado - Le espeté al pobre perro que siempre se me quedaba mirando cuando llegabamos a la puerta.

Subí a mi habitación. Desde la habitación de mi hermano salia despedida una luz por debajo de la puerta.  Ya sabeis a que se dedicaba.

Me daba igual realmente.

Debo hacer los deberes de historia.  que pereza..

Fui al baño, mire mi movil mientras orinaba y ahi seguia sin llegarme ni un misero mensaje. Lo normal. No se a que estaba esperando, si os digo la verdad.

Me puse los cascos y busque alguna canción de mi repertorio de música Punk. Me deje caer en la cama doble sosteniendo el movil en mi mano. Me lo coloqué en el pecho y me puse a mirar el blanco techo durante lo que parecieron dos canciones con la sensación de no saber qué estaba esperando realmente.